miércoles, 28 de enero de 2009

ALGO MAS QUE UN ESCRITOR




Manuel Rivas

Algo de una vida ,Aprendió de los que escribían en el aire, de los narradores orales, según cuenta en La escuela del relato. Manuel Rivas nació en la calle Marola, en el barrio de Monte Alto, en A Coruña, el 24 de octubre de 1957. El campo de juego de la infancia tenía la forma de un triángulo en el que los vértices eran la Prisión Provincial, el cementerio marino de San Amaro y el Faro de Hércules. Su madre (Carmiña) trabajó de lechera y su padre (Manuel), durante un tiempo emigrado en América, fue músico en orquestas de baile y albañil. Sus abuelos maternos (Manuel y Josefa) eran campesinos de Corpo Santo (Tabeaio, Carral); su abuelo paterno (Manuel) era carpintero, y su abuela (Dominga), costurera.Carmiña y Manuel tuvieron cuatro hijos. La familia se trasladó en 1962 a otro barrio coruñés, Castro de Elviña, un espacio fronterizo donde convivía el mundo campesino y el obrero. En el lugar se conservan las ruinas del antiguo poblado celta (O Castro), ahora rodeado por los edificios de la nueva Universidad de A Coruña. En Castro de Elviña pasó Rivas gran parte de la infancia y la adolescencia. Estudió en la escuela pública de Elviña y en el Instituto Mixto de Monelos. Al tiempo que estudiaba bachillerato, comenzó a trabajar por las noches de meritorio en el diario El Ideal Gallego, en la época de las linotipias, cuando todavía los periódicos olían a plomo. Compatibilizó estudios universitarios en Madrid con labores de periodista. Se licenció en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Entre otros trabajos, fue uno de los fundadores y redactores de Teima (1977), el primer semanario escrito en su integridad en gallego, y del mensual Man Común. Antes de aprobarse la Constitución, se le abrió un proceso militar por una crónica publicada en La Región de Ourense. El caso sería sobreseído. Fue uno de los fundadores de la primera radio libre de Galicia, Radio As Mariñas, en 1980. La emisora fue intervenida y clausurada por orden gubernativa. Como profesional del periodismo, ha trabajado y colaborado en diferentes medios de prensa, radio y televisión.En 1975, había formado parte del colectivo poético y artístico Loia (que editó una revista vanguardista en Madrid, en la que participaban, entre otros, Lois Pereiro, Reimundo y Antón Patiño y Fermín Bouza) y, más tarde, en A Coruña, del grupo de acción poética De amor e desamor (obra recogida en dos volúmenes editados por Edicións do Castro en 1984). Fue director de Luzes de Galiza "revista de cultura, artes y libertades" (1985-1995), donde se publicaron colaboraciones de autores como John Berger y entrevistas a pensadores como Jean Baudrillard o Noam Chomsky.Es uno de los fundadores de Greenpeace España y formó parte de su primera directiva. En septiembre de 1981, fue uno de los tripulantes del pequeño pesquero Xurelo, que había partido de Aguiño (Ribeira) y que a 350 millas de Finisterre se interpuso a los mercantes que arrojaban bidones con residuos radioactivos en la llamada Fosa Atlántica. Esta expedición fue uno de las primeras acciones de una campaña internacional que consiguió el cierre de los cementerios de residuos nucleares en el mar. En invierno de 2002, a raíz de la catástrofe del petrolero Prestige, actuó como portavoz del movimiento cívico y ecológico Nunca Máis.
SUS OBRAS:
PoesíaLibro do Entroido (1980)Anisia e outras sombras (1981)Balada nas praias do Oeste (1985)Mohicania (1987)Ningún cisne (1989)Costa da Morte blues (1995)El pueblo de la noche (O pobo da noite) (1997)Do descoñecido ao descoñecido (2003)NarrativaUn millón de vacas (1990)Los comedores de Patatas (Os comedores de patacas) (1992)En salvaje compañía (En salvaxe compaña)(1994)¿Qué me quieres, amor? (¿Qué me queres, amor?) (1996)El lápiz del carpintero (O lapis do carpinteiro) (1998)Ella, maldita alma (Ela, maldita alma) (1999)La mano del emigrante (A man dos paíños)(2001)Las llamadas perdidas (As chamadas perdidas) (2002)Mujer en el baño (Muller no baño) (2003)El héroe (O heroe) (2006)Los libros arden mal (Os libros arden mal)(2006)Cuentos de un invierno (2006)La lengua de las bolboretas (1996)EnsayoToxos e flores (1992)Galicia, el bonsai atlántico (1994)El periodismo es un cuento (1997)El secreto de la tierra (1999)Galicia, Galicia (2001)Os Grouchos (2008)
SOCIO FUNDADOR DE GREMPEACE.Las campañas de Greenpeace se centran en aquellos problemas que, según la organización, amenazan más gravemente el futuro del planeta. Las campañas en las que se trabaja en la actualidad están agrupadas básicamente en cuatro áreas: ecología marina, atmósfera y energía, nuclear y tóxicos.Greenpeace busca con éstas campañas la notoriedad en prensa, y con frecuencia éstas actuaciones son llamativas y espectaculares, aunque también polémicas, tanto que han sido tildados a veces de ecoterroristas, o de manipuladores en sus informes, con tal de obtener notoriedad y cuotas.Es de reseñar que Greenpeace vio en su país de origen, Canadá, revocado su estatus de organización benéfica. Algunos gobiernos, y multinacionales persiguen a la organización, a sus afiliados y a sus simpatizantes. Dándoles el nombre de greapeaces ("gripis"), derivado de hippies. Es de reseñar Francia en el caso del Rainbow Warrior: El barco fue hundido por los servicios secretos franceses en 1985. FARO DE VIGO 19/06/2007 Una batalla que ganaron los ecologistasFue el Xurelo, un barco pesquero de Ribeira, el que en 1981 encabezó la batalla contra la contaminación nuclear del mar y despertó conciencias, movilizando así al conjunto de las fuerzas políticas, sociales e institucionales de Galicia.Este pesquero, acompañado de otro barco de Greenpeace, tenía como misión hacer frente a los cargueros holandeses que por entonces tiraban bidones radiactivos a 340 millas de la costa gallega. El Xurelo repetiría al año siguiente su singladura, pero esta vez acompañado por el Arosa I y el Plemar, fletado por el Ayuntamiento de Vigo.Sus protestas sirvieron para sacar a relucir una situación que llevaba años produciéndose. La industria nuclear no sabía como deshacerse de los residuos que generaba y, con el permiso del Convenio de Londres, convirtió la fosa atlántica en un cementerio nuclear.Los fondos marinos de esta zona del Atlántico, con entre 3.000 y 4.000 metros de profundidad, se convirtieron en un vertedero donde los cargueros depositaron durante años bidones cargados de radiactividad.

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