Un cuento con forma de ataúd de diseño

Tonya Hurley publica en España 'Ghostgirl', un relato de tintes góticos con muerte incluida, humor y música para lectores jóvenes

REBECA FERNÁNDEZ - Madrid - 15/02/2009 22:22
Charlotte Usher está pero no está. No la ven, aunque no es invisible hasta que lo es. Se pasea por los pasillos de su instituto pero nadie repara en su optimista pero insignificante existencia. Ni siquiera él (o más bien su Él con mayúsculas) ha percibido sus esfuerzos para que se fije en ella aunque sea de reojo o por casualidad una mísera vez. Todo un dramón adolescente al que hay que unir un pequeño detalle sin importancia... la muerte. Charlotte va y se muere. Y no lo hace de una forma habitual, no. Ella va y se muere de una forma ridícula: se asfixia con un osito de goma. Todo un pasaporte para la popularidad eterna.
Charlotte es la protagonista de Ghostgirl (Alfaguara), un cuento gótico en rosa y negro con algún destello de relato de hadas y final feliz escrito por Tonya Hurley (Pensilvania -EEUU-, 1970). A lo largo de sus 341 adornadas páginas, Hurley narra en clave de humor y con cierta ironía las desventuras de una joven que sólo busca ser amada y que convertirá su muerte y su posterior invisibilidad entre los mortales en las mejores armas para conseguir al chico de sus sueños y encontrar su verdadero camino.
"Quería crear una historia donde tuviesen lugar cosas fantásticas en un entorno cotidiano", explica Hurley, quien precisa que más allá de los excesivos personajes y de las relaciones entre vivos y muertos, esta historia realmente trata sobre "la aceptación de uno mismo, sobre el deseo de una chica de ser tenida en cuenta y de encajar y la búsqueda de sus sueños contra todos los pronósticos".
Y ese ansia de conseguir lo que anhela es lo que lleva a Charlotte tan lejos: "Quise explorar la idea del deseo y lo doloroso que es querer algo que nunca podrías tener y al mismo tiempo cómo la vida realmente no tiene significado a menos que tengas algo que desees", precisa la autora a Público.
Esa fascinación por lo que no tenemos es para Hurley una de las claves del éxito que las historias de tintes góticos tiene últimamente entre los lectores adolescentes. "Muchas historias góticas son cuentos de amores no correspondidos o prohibidos, donde hay un sentimiento de lo inevitable y una sensación de que el destino interviene para guiarlos hacia la tristeza, pero también hacia la renovación y la esperanza, y yo aproveché todo esto en Ghostgirl", señala.
Locos por la fama
La idea de matar y resucitar a una pobre adolescente frustrada por su anonimato en el mundo de la juerga estudiantil surgió de la experiencia de esta directora de cine, escritora y guionista de televisión y cine, que ha trabajado con estrellas adolescentes como Mary-Kate y Ashley Olsen, una labor que le ha permitido comprobar de primera mano "los altibajos de la fama y lo lejos que la gente puede llegar para obtener un poco de ella". Esto le llevó a reflexionar sobre "las elecciones que hacemos en la vida sobre el tipo de personas que queremos ser o a las que nos queremos parecer", explica Hurley. Precisamente por eso eligió un instituto para desarrollar esta historia, ya que "muchas de esas decisiones son tomadas en ese momento, bajo mucha presión de nuestros compañeros".
Para construir este relato Hurley también recurrió a sus años de instituto, aunque ella nunca pasó desapercibida: "Yo era popular y tenía muchos amigos, pero sentía que estaba representando un papel, por eso un día me teñí el pelo de violeta y me uní a una banda punk", indica Hurley, que remarca que lo que realmente quería era ser ella misma, aunque este cambio la hizo incluso más popular entre los demás estudiantes.
Britney y Oscar Wilde
"La vida se desperdicia con los vivos", afirma Charlotte por el pasillo de su típico instituto americano con animadoras alteradas, guapos deportistas, estudiantes marginados y una descarnada lucha por la popularidad. A pesar de las diferencias culturales, Hurley cree que cualquier lector puede identificarse con los protagonistas de este libro, ya que, en su opinión, trata temas universales: "Sentirse invisible o los problemas con la autoestima no son conceptos específicamente americanos, sino humanos". Por ello, tampoco trata de dirigirse a un tipo de lector concreto, aunque reconoce que en términos generales Ghostgirl es un libro para "chicas jóvenes".
Estas lectoras adolescentes encuentran en sus páginas alusiones a Britney Spears, High School Musical y Buffy Cazavampiros junto con citas de Oscar Wilde, Virginia Woolf, Emily Dickinson o Edgar Allan Poe. Hurley recurre a este cóctel de elementos porque "forman parte de la cultura del mundo en el que vinimos y cuando eres joven experimentar algo en los libros, en Internet, en la tele o la radio ha dejado de ser importante, todas esas cosas son influyentes en tu vida por igual".
Otro de los elementos con presencia propia a lo largo de las páginas de Ghostgirl es la música, en la que Hurley también ha trabajado como publicista de artistas como Morrissey y grupos como The Cure o Depeche Mode. Hurley elige canciones de My Chemical Romance y Evanescence, entre otras bandas, porque "tienen una determinada sensibilidad musical y emocional que sentía que encajaban con la historia".
La vida, o más bien la muerte, de la entrañable Charlotte ha sido un superventas en Estados Unidos y tiene asegurada su continuación, ya que Hurley ha escrito la segunda parte, titulada Homecoming, que será publicada este año en Estados Unidos, y "en poco tiempo" tiene previsto empezar la tercera parte. Además, ha indicado que "unos pocos estudios" de cine se están fijando ahora en Ghostgirl, por lo que "podría anunciarse alguna novedad pronto".

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