miércoles, 15 de julio de 2009

TAL DIA COMO HOY MURIO UN MITO











Manuel Murguía en su vejez.

Rosalía de Castro es una figura indispensable en la literatura del siglo XIX. Los estudios sobre literatura femenina de épocas pasadas la incluyen entre las grandes escritoras en las que destacaremos a Concepción Arenal, Carolina Coronado, Gertrudis Gómez de Avellaneda y Emilia Pardo Bazán.
Nació Rosalía de Castro en Santiago de Compostela el 4 de febrero de 1837. En su partida de nacimiento figura como «hija de padres incógnitos», puntualizándose, sin embargo, que «va sin número por no haber pasado a la Inclusa».
Murió Rosalía el 15 de julio de 1885. Recordemos sus últimos momentos a través del relato de González Besada:

«... recibió con fervor los Santos Sacramentos, recitando en voz baja sus predilectas oraciones. Encargó a sus hijos quemasen los trabajos literarios que, reunidos y ordenados por ella misma, dejada sin publicar, dispuso se la enterrara en el cementerio de Adina, y pidiendo un ramo de pensamientos, la flor de su predilección, no bien se lo acercó a los labios sufrió un ahogo que fue el comienzo de su agonía. Delirante, y nublada la vista, dijo a su hija Alejandra: 'Abre esa ventana, que quiero ver el mar', y cerrando sus ojos para siempre, expiró»...

Desde Padrón, en donde murió Rosalía, no puede verse el mar. Impresionan esas últimas palabras de una persona para quien el mar fue una perenne tentación de suicidio. Recordemos sus versos:

Co seu xordo e costante mormorio
atráime o oleaxen dese mar bravío,
cal atrái das serenas o cantar.
«Neste meu leito misterioso e frio
-dime-, ven brandamente a descansar».
El namorado está de min... ¡o deño!
i eu namorada del.
Pois saldremos co empeño,
que si el me chama sin parar, eu teño
unhas ansias mortáis de apousar nel.

Rosalía penetraba, por fin, en ese mar-muerte donde teanto había anhelado reposar.

Un hecho que me parece altamente significativo y que ya comenté en otro lugar es la destrucción de las cartas de Rosalía que realizó su esposo, al final de su vida. El propio Murguía nos cuenta este episodio :

«Como ya se acercan los días de la muerte, he empezado por leer y romper las cartas de aquella que tanto amé en este mundo. Fui leyéndolas y renovándose en mi corazón alegrías, tristezas, esperanzas, desengaños, pero tan llenas de uno que en realidad, al hacerlas pedazos, como cosas inútiles y que a nadie importan, sentí renovarse las alegrías y dolores de otros tiempos.

Verdaderamente la vejez es un misterio, una cosa sin nombre, cuando he podido leer aquellas cartas que me hablaban de mis días pasados, sin que ni mi corazón ni mis ojos sangraran. ¿Para qué?, para que me decían. Si hemos de vernos pronto, ya hablaremos en el más alla».

Veamos otro fragmento:

«Estando lejos de ti vuelvo a recobrar fácilmente la aspereza de mi carácter que tú templas admirablemente, y eso que, a veces, me haces rabiar, como sucede cuando te da por estar fuera de casa desde que amanece hasta que te vas a la cama, lo mismo que si en tu casa te mortificasen con cilicios».




Si es cierto que, gracias a su esposo, Rosalía se lanzó a la vida literaria y eso le hemos de agradecer, también lo es que nos privó, con la destrucción de las cartas, de un elemento importante para conocer su carácter y su obra. ¿Cuántos misterios de su poesía, cuántas alusiones que nos desconciertan por ignorar su verdadero significado, no se hubieran aclarado conociendo sus cartas? Murguía era consciente de la importancia de ellas, aunque insista repetidamente en que sólo interesan a ellos dos:
«Pero si las leí sin que mi alma se anonadase en su pena, no fue sin que el corazón que había escrito las líneas que acababa de leer, se me presentase tal como fue, tal cual nadie es capaz de presumir».

2 comentarios:

  1. Nano hace algún tiempo vengo merodeando por tus sitios, a veces dejo algún comentario. Todos ellos son muy interesantes, con el que más empatizo es con este, así que de ahora en adelante me convierto en un comentarista asiduo de este sitio. La literatura es una de mis pasiones y me alegra que alguien la tenga como su universo. Bien amigo Nano un gran saludo y entusiasta abrazo!!!

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  2. La belleza también está en la intimidad que tuvieron.
    Un abrazo Nano.

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